¿Qué?
El movimiento sin basura, o zero waste (mucho más popular para efectos de búsquedas en Google) es un estilo de vida que promueve el no generar basura a rellenos sanitarios que no tenga manera de reincorporarse al ciclo natural. Es decir, cambiar los patrones de consumo y desecho, para evitar, en la manera de lo posible, generar residuos que contaminan al ambiente y lo degradan.
¿Se genera basura? Sí, sí se genera. No es completamente cero basura. Pero pensándolo bien, todos los componentes de un ciclo natural generan “basura”. Plantas y animales generan desechos diariamente, y sus mismos cuerpos se vuelven desechos después de morir, pero estos se reincorporan al sistema y alimentan el ciclo a través de nutrientes y energía. Así que el enigma mayor no es no generar ningún tipo de residuo, sino buscar alternativas a nuestros residuos actuales que no generen un impacto negativo a la naturaleza.
¿Cómo?
En la mayoría de los blogs que he visto sobre cómo perseguir este estilo de vida dan la misma recomendación: tomar mejores decisiones sobre lo que consumimos. Y a veces son decisiones muy pequeñas y para nada complicadas, como decidir llevar tu propia bolsa al supermercado o rechazar los popotes desechables en un restaurante. No es física cuántica. Pero a veces si requiere un poco de creatividad e imaginación (y sacrificio) para salir de lo acostumbrado y hacer un cambio de verdad.
Personalmente me estoy viendo en esa intersección entre querer no generar basura y darme cuenta que casi el 100% de lo que uso a diario termina en los rellenos sanitarios. ¿Cómo voy a usar shampoo? ¿Ya no me voy a poder maquillar? ¿Qué hay de los condimentos que uso en la comida? ¿Los voy a tener que cosechar todos? ¿Tendré que ir a todos lados con mi propio vaso, plato y set de cubiertos? Quizás y sí, quizás hay alternativas, quizás tendré que cambiar mucho de mi estilo de vida. Eso lo iré descubriendo poco a poco.
¿Por qué?
Bueno ahora sí lo bueno: ¿Por qué intentar ser zero waste? Con esa pregunta me voy a topar muchas veces, no solo con personas preguntándome cuál es el punto, sino también yo cuestionando si lo que hago tendrá un impacto verdadero. Así que enliste las principales razones que creo que me servirán inicialmente como respuesta a los demás, y que me darán confianza para reafirmar mis ganas de cumplir con este propósito:
Razones:
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Ser congruente conmigo misma – un poco individualista, lo sé, pero al mismo tiempo es parte de lo que me motiva a cambiar. Me frustro mucho cuando formo parte de problemas que sé que tienen solución, y no seré la primera en decir que el cambio inicia por uno mismo. Así que parte de este esfuerzo es poder tener cierta paz interior de que contribuyo a un mundo más limpio.
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Ejemplificar que sí se puede – tampoco planeo convertirme en gurú del tema y dar pláticas y conferencias, pero sí quisiera ser prueba viviente, como muchas otras personas en el mundo, que se puede vivir sin generar tanta basura. Esta razón quizás también pueda interpretarse como algo individualista, pero me he topado con un sinfín de razones de “por qué no” van a cambiar las cosas, que me motiva más a demostrar cómo sí.
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Cambiar la rutina – estamos demasiado acostumbrados a generar basura, que ya no nos sorprende. Tickets, popotes, bolsas de plástico, envolturas, etiquetas, decoraciones, etc. diario nos rodean volúmenes de basura, y ni tenemos idea de dónde termina. Así que en este proceso de ir cuestionando el sistema actual, procuraré buscar alternativas sin residuos a todas las actividades diarias que realizamos.
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Consumir menos y mejor – desde hace varios años que comencé a comprar más conscientemente. Con esto me refiero a no comprar la primera cosa bonita que veía en el aparador, una acción que en años previos hacía con frecuencia sin conocimiento alguno del impacto social y ambiental que conllevaba. Ahora, quiero expandir ese mismo proceso de decisión a todos los aspectos de mi vida: comida, movilidad, entretenimiento, etc. para buscar reducir mi impacto como consumidora.
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Beneficios – según he leído en muchos blogs del tema, ser cero residuos trae consigo muchos beneficios tangibles e intangibles, tales como mejorar la alimentación, reducir gastos, y sobretodo vivir una vida más simple y sencilla, con menos apego a lo material y más ganas de disfrutar los muchos otros aspectos de nuestras vidas.
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Reducir el impacto ambiental – Esta quizás es la razón más grande e importante por la cual estoy comenzando este viaje. En las siguientes entradas iré comentando más al respecto del impacto actual de nuestros residuos en la naturaleza (aire, agua, biodiversidad, recursos, etc.), algo que a la fecha ya no se puede negar. Diario circulan imágenes de especies marinas afectadas por desechos de plástico en los océanos, incendios forestales ocasionados por negligencia al tirar basura, contaminación en las ciudades más grandes (y no tan grandes) del mundo, etc. Así que perseguir este estilo de vida creo que ayudará a minimizar o mitigar ese impacto actual.
Karla.